sábado, 6 de septiembre de 2014






HASTA 1986





Pájaro

Pájaro
Huso de pluma y magia
vuela
Acarrea el follaje de alas
la pregunta del avión
Pájaro
Las manos se equivocan
Los brazos infructuosos disimulan
Vuela
Magnitud que la envidia hizo en el aire
para que el plomo
el estampido
coartara tu espacio de belleza
Vuela
Párpado de niño
Derramada milagro
Clavel de viento trashumante
picoteando el exilio de la imaginación
Vuela
No te devuelvas
Continúa ofreciendo el espectáculo
de pasear al amor
con la única forma de mirarte
que es igual a los ojos que se ponen
los que piden a dios.





Esta es tu casa

Esta es la casa
Táñela en las manos
Colócala en los pies
En tu secreto
Saluda en tu interior el bronce limpio
El sudor de su estatua
Estas son las paredes
se ordenan en letras
para ponerse el techo
y ser en la palabra
Tiene de libro algún espacio
En la memoria que leyendo
la salud del reloj pierde su apuro
y un vino pensativo
los rincones
descolgando sonrisas de los cuadros
Esta es tu casa
El mural que te convoca
muestra niños de sol
ancianas vides
calcomanías de la primavera
y la estación fugaz de la familia
apretando al tiempo
del verde al amarillo
contra el fuego
contra la lámpara
que continúa en el amor
los días
El espacio del aire
que medita
tu presencia esperada.





Vigilia

De cera y ébano
Mezclando una guitarra
Las ganas de llorar
El desayuno
con el recuerdo a solas
puertitas
puertas
y portones
Las ganas de llorar
lo limpio
lo más o menos
y lo mal
Ahora aquí
sin saber jurar
-por no aprendido-
juro
cerrado abiertamente
que esta isla se ala hasta montaña
y no sabo llorar
-de tan pasado-
y venido a esperar
-de tan pequeño-
o cosa de querer
sin llevarlo a lugar más que a tu lado
Las ganas de llorar
Pierden
cuando llamas
Justo a la hora de mi nombre
Descuidado
Tan casi
Por llegar.





Esa vida

Si no estuviera sol
tu nombre
y el lugar de tu sombra
Si no estuviera el pájaro
encerrado en las plumas
Libre bajo las alas
este pensamiento
que recorre las cosas
Infinitos siglos
han trocado la aurora
cada día
Si no estuviera el hombre
Seríamos la hipótesis
Lo que cosmos presume
Si no estuviera el árbol
para que pareciera tu silencio
La voz sería el fruto
de la primera escarcha
hacia el calor
venido del abrazo de lo cósmico
para crear la vida
La primera vida
que se lee
despierta
abraza
Esa vida
que después del amor
recién se duerme.





De la ausencia

En las murallas
ojo ciego
el sol pregunta por la luz
Calla
la honda sombra del muro
a últimas de color
hace invierno
Si la tarde pudiera las llaves de la casa
Si entrara por la siesta
con su ombligo de cesto
el sauce gritaría su angustia
La peluca asomada
al tango de la calle
-perdida en verde mínimo-
doblaría a nostalgia
El perfume del ruido
con serios pantalones
caminaría las hojas
de libros apagados
hasta hacer al otoño
La brisa y su pausa
frotando los pestillos
haría unas ventanas
azules
parecidas nada más que a la infancia
Estaría el asombro
con las tijeras romas
para cortar los ríos
que se llevan al tiempo
Los puentes aquellos
de cruzar hacia nada
Los cuadros mordidos
de intemperie y de luna
Quizá por el rostro
de un recuerdo olvidado
ese gesto del hijo
como un cubo de luces
tatuaría en diámetro
que encierra la intemperie
el puente de unos pasos
cernidos y absolutos
por la única historia
Que alguien lleve la fiesta
acune su badajo en clave de septiembre
Desde aquí escucha el templo
del hombre su hermosura
Su destino entre cosas
que se pierden y encuentran.





Campana y blanco vuelo

La campana soñaba
el incansable sol de los lugares
Ser carillón del pueblo
En los caballos
que doblan hacia el norte las pupilas
La campana soñaba el sonido
que hace la sombra cuando aprieta un nombre
Un relámpago de bronce
rebatía badajo su cintura
andaba su pollera en el paisaje
corriendo con niños de la lluvia
El pájaro en el puesto vigilancia
-colgado de las alas-
se miraba el silencio
La campana parecía un salto
La altísima distancia
La campana saltó en una paloma
Voló en esa paloma
Blanca
blanca
La paloma soñaba entre los hombres
ser para siempre blanca.





Memoria del hijo

Bengala de pantalones cortos
Emoción de lana
Descosidos lugares
se arrancan la luna
como trapos de luces
para mostrar la última
piel
la verdad del nombre
Con abejas de dulzura
moja la miel sus párpados
y queda en mañana
humedecida
la mano que intentara el futuro
En el descuido de la magia
que hable la puerta
abra sus brazos
y sea bienvenido a los lugares
donde es ausencia
Pueden pasar relojes
abrazados
caminando
amor de tiempo
La vereda
guarda la memoria
Hace el juego celeste de los ríos
para barcos de lluvia
del capitán que espera
Esta isla de pasos
recorre la ribera
recobrando recuerdos
del mar sobre la playa
mientras el pueblo tiembla
de claridad lejana
Así es su imagen
dormida
Imaginada con brisa
Su voz la ola niña
Disfrazada de espuma
Sorpresa de los pobres ojos
De los oídos de eco
De mi amor
una esfera que se parece al mundo.





Para que llueva

Para que llueva
riego
mi planta de visitas
Le canjeo a la tarde
un arcoiris mágico
y te encierro palabra
monumento escondido
sol para mí
delito inconfesable

Para que llueva
y luego
pedirte por más soles
por más luz
Por un rayo que comience al sueño
Te riego en la maceta
de la primera puerta
En el cesto dormido del gato taciturno
Para la jaula a solas donde espera amarillo

Para que llueva
invento
la primera nube
el ala
Te muerdo por el viento
te pregunto en la rosa
Te amo en una botella
Te inscribo en el planeta
y rasguño el silencio
llamándote a gritos

Para que llueva en punto
Donde queda lo exacto
Lo que es terrible por transgredir lo hermoso
y lo más increíble
que llueva y sea esquina
habiendo tanto espacio

Para que llueva he puesto
dos lágrimas de guardia en el reloj del viento
cuando la tarde encoge
la penumbra
buceando
los últimos recuerdos que olvidamos

Para que llueva
vuelvo
de regar al silencio
con pan
por si los niños
que fuimos
nos visitan
con hambre.





Otra vez

Otra vez y van todas las otras
Amanece en el óxido y reclama
ese lugar azul que hace la mesa
sin saber el color de la mañana
Pero abajo del sol como al principio
el boomerang del hijo es una llama
que dibuja en las sillas la manera
de la amistad del fuego con el agua
Otra vez niño y otra vez el rostro
en el juego del tiempo y en la clara
suerte de navidad que se repite
Muerdo su voz de juez y de ventana
vengado de la sed y del desierto
y soy niño esa boca que es la llaga
donde el silencio trueca en oro mágico
el yacimiento astral de la palabra
Ayuno de los brazos que descubro
Pico de ser principio de montaña
Hasta cerrar los ojos soy un límite
Después la eternidad cuida la casa.





Espera

Tendrá silencio
el suspiro del bronce
El árbol que espera
haciendo la madera
y las islas azules del día
El tiempo
donde jadea el ángel
hace las singladuras
Tendrá por sueño
un barco en la derrota
Por sed de sol
el meridiano
de los brazos abiertos
partiendo a dios
con una quilla
desclavada en el pecho.





Qué bien me siento

Qué bien me siento
en sobre de guardado
En la carta feliz del astronauta
En el cajón de viento de las dudas
Apoyando las manos en las rosas
Qué bien me siento con pincel y escoba
descansando
de papel y asombro
en los cuatro rincones del planeta
Qué bien me paro
me detengo
giro
Doblo la esquina
La descubro
Sueño
Quieren libertad los dientes
Mi susto de ilusión
El desconsuelo
Qué bien me siento
al borde de la mesa
con dios en la muralla
En el límite aciago de los gestos.





Dibujó una ciudad de mariposa

Dibujó una ciudad de mariposa
Un niño en el aire
para la flor
Murmullo de los dientes vino
la comida del mundo
hizo mapas
Nombre de ciudades
Cosas de viernes sórdidos
Largo invierno
llamando a domingos
Puerta a puerta
llegó hasta las ojeras
Dobló los ojos
Agujereó la voz
El milagro
secretamente
mudo
volvió a la caja de los sueños
Se perdió en los lápices
En el frío epitafio
de un papel sin amor.





Cuándo?

A qué hora se dice amor temblando
A qué edad de los cisnes
se quiebra la bandada
A qué amor del amor se dice te amo
se guarda una mirada para siempre
En qué canciones de morir de tiempo
se coloca la voz en un salmo
que diga lo que sirve
En qué hora del por qué se empalidece
La voz del cisne dobla su reclamo
Quedan sin después
los ojos que miraban para siempre
En qué canciones de aprender tiempo
no se alcanza a decir
La risa
más que la singladura
es la advertencia
de la piel y el silencio a la palabra
El espesor que vibra
el pecho de un grillo inexplicable
que un día es nunca más
y para siempre
hace llorar pañuelos
picoteados.





Abre los ojos

Abre los ojos
El pobre corazón se enamora
Enceguece de luz
Vuelve el hongo
de Hiroshima a rondar sobre las rosas
El mar decide
sobre barcos y sombras
Sé que la tierra es esto
que no alcanzo a pisar
y sostiene
lo que deslumbra
Pienso en ti
En lo que amo
En las mañanas donde se junta sol
En tu pollera divertida a rayas
para poder lo poco
sin pañuelo
Pienso en ti
volviendo
Porque es mejor la hora en que te aquietas
para tenerte nube
con estos pocos brazos
que son dos.





Hoy no escribí el poema

Hoy no escribí el poema
porque estaban tus ojos
mirando por la lluvia las ventanas
y soledad mordía
las palabras cruzadas del asfalto
por donde habías de volver a hacerte
de presencia fugaz
de mordedura
Hoy no escribo el poema
por reptil de zoológico
o pájaro de mar
Cuando soy caja
de guardarte en los viernes
y sacarte los sábados
a domingos de amar.





Río cavado

Perdido amor
reloj
deshora
Río cavado en el lugar
te amo
Perdido cielo
de mirar
la estrella
Te amo en la luz
pequeña
de mi mano
Perdida sed
La orilla
y lo profundo

El sol se da en llover
porque no es bronce
y otoña si te vas
ese año instante
y el pie de irte
y de volverte estatua
como si fuera así
la tarde
los pañuelos.





Tengo la suerte de soñar

Con gatos y con perros
Con negocios de amor
y ciertas nubes
Con trajes de tormenta
y pijamas
para misa de unción
y su cadáver
Con el velorio de la mariposa
que cayó de la flor
y la comida
que no llegó a la mesa
Con la búsqueda
de un tesoro niño
Con el dinero
que no pagó mi madre
debo pensar todos los días
Como de paseo por los mingitorios
tengo la suerte de soñar
si duermo.





Pasó pasando

Los que venden escobas
pasaron con plumeros
Con pedazos de historia
colgados de los días
Detrás de los lugares
miraban las espinas
La madera olvidada
de la cruz y el cadalso
Pasó pasando
sin que lo supiera
el que no regresaba
y la ilusión
curvada de horizonte
como tú y yo aquel día
Pasó pensando que el dolor es menos
cuando se vuelve de la primavera.





Susurrando

Susurrando
Con los ojos vestidos
de mirar las ventanas
pasa el viento de afuera
Viene a doblar los rostros
como si fueran árboles
y comer de la risa
los dientes pensativos
A borrarle a los ojos
la humedad de la lágrima
El calor que en el peine
abandona el cabello
Susurrando y moroso
como un guante en la luz.


 

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